¿Cómo diferencio la voz de mi niño interior de mis miedos o mis justificaciones adultas?

Diferenciar estas voces internas es un arte que se cultiva con autoconciencia atenta y una dosis de paciencia compasiva. La voz de tu Niño Interior auténtico suele susurrar desde la simplicidad y la emoción genuina: expresa necesidades claras (amor, seguridad, juego), alegrías espontáneas o una sabiduría intuitiva que se siente verdadera y expansiva en el cuerpo, a menudo con una cualidad vulnerable pero directa. En contraste, la voz del miedo tiende a ser ruidosa, urgente, proyectando escenarios catastróficos ("¿y si...?"), y se siente contractiva o ansiosa, buscando protegerte de peligros (reales o imaginados) basados en experiencias pasadas. Finalmente, las justificaciones adultas suelen ser más mentales y elaboradas; buscan explicar, racionalizar, defender una postura o evitar la incomodidad de una emoción cruda, a menudo desconectadas de la verdadera necesidad o sentimiento del corazón. Aprender a pausar, respirar y notar la cualidad, la sensación corporal y la intención subyacente de cada voz es la clave para discernirlas.