¿Cómo integro la alegría y la espontaneidad de mi niño interior sin parecer inmaduro/a?

Esta es una preocupación frecuente, pero nace de una confusión clave: integrar no es lo mismo que regresar o actuar infantilmente. Integrar la alegría, la curiosidad y la espontaneidad de tu niño interior no significa comportarte literalmente como un niño en situaciones adultas, sino permitir que esas cualidades esenciales infundan y enriquezcan tu vida actual desde un lugar de consciencia adulta. Es tu "Yo Adulto", fortalecido con autoconciencia y autocompasión, quien elige cómo, cuándo y dónde expresar esa energía vital de manera auténtica y apropiada para cada contexto. Se trata de añadir juego a tu perspectiva, creatividad a tus soluciones y asombro a tu día a día, no de eludir responsabilidades. Lejos de ser inmaduro, permitirte sentir y expresar genuinamente la alegría y la espontaneidad es un signo de profunda sanación, integración y de una vida vivida con mayor plenitud y autenticidad.