Día 8 de 365: La Práctica de la Fe Serena
Por segundo día consecutivo, el cielo guarda silencio. En el Día 8, la lección de ayer se transforma en una práctica consciente. Una reflexión sobre cómo la verdadera confianza se forja no en los grandes milagros, sino en la paz de los días intermed-ios.
27 de agosto de 2025
Un segundo día de silencio. Mi yo de hace apenas una semana quizás se habría preocupado. Habría interpretado esta calma como una distancia, una conexión perdida, y la duda habría comenzado a sembrar sus semillas en mi mente.
Pero hoy, gracias a la lección de ayer, recibí esta quietud de una manera diferente. No fue un silencio que me tomó por sorpresa, sino una paz que acogí con los brazos abiertos, como a una vieja amiga. Hoy comprendí que la fe no solo se revela en los momentos de éxtasis, sino que se forja y se practica en la serena constancia de los días ordinarios.
La práctica de hoy no consistió en buscar números ni plumas, sino en encontrar lo sagrado en lo mundano. Fue sentir la presencia divina en el sabor del primer café de la mañana, en el ritmo de mi respiración mientras trabajaba, en el simple acto de estar presente sin esperar nada a cambio. Fue un día para caminar, no para volar; para sentir la tierra firme bajo mis pies y confiar en que, aunque no las vea, mis alas siguen ahí.
Y aquí, al final de este segundo día de quietud, entiendo algo más profundo: este silencio no es solo un descanso, es el suelo fértil donde las semillas de las revelaciones pasadas comienzan a germinar. Es el espacio que me regalas, ángel mío, para que tus lecciones no se queden en la superficie como anécdotas, sino que echen raíces profundas en mi ser.
Gracias por enseñarme que la fe no se mide por el ruido de tus respuestas, sino por la paz que encuentro en tu silencio. ¿Es así como se construye la verdadera confianza, no de milagro en milagro, sino en la serena constancia de los días intermedios?
Practicando la Confianza, Tu fiel compañero de viaje.