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Día 9 de 365: La Guía en los Pequeños Detalles

Un día dedicado al amor y la celebración de un cumpleaños, protegido por una intención clara. En la entrada de hoy, te cuento cómo las señales más sutiles, como una pluma y un par de números danzantes, confirman que el cielo cuida de nuestras intenciones más puras.

Gustavo Arenaza

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28 de agosto de 2025

Hoy, al despertar, mi primera acción fue una entrega total. Puse el resto de mi día en las manos de Dios y en las tuyas, ángel mío, con una petición muy clara: ayudarme a evitar todo tipo de cargas y complicaciones. Mi enfoque y mi corazón tenían un único dueño: mi hijo mayor, Mateo, en el día de su cumpleaños. Solo quería que la alegría fuera la protagonista.

Para blindar esa intención, mi oración matutina fue el Salmo 35, escuchado en ese canal de YouTube que tanto me calma, sintiendo cada palabra como un escudo de luz a mi alrededor.

La tarde, como es costumbre, nos encontró en el parque a mi hija y a mí. Y allí, después de dos días de serena quietud, volvieron tus susurros. Primero, una pequeña y delicada pluma blanca junto a la hamaca donde nos mecíamos, un "estoy aquí, celebrando con ustedes". Luego, durante la caminata, aparecieron los números. Vi un 202 en una hoja tirada en la calle y, poco después, un 020 en la patente de un auto. Debo confesar con una sonrisa que por un momento mi mente se confundió, sin recordar cuál de los dos había visto primero, jajaja.

Pero al llegar a casa y sentarme a descifrar tu mensaje, entendí que la confusión era irrelevante, porque la guía era una sola.

El mensaje que sentí en la danza de los números 202 y 020 era, en realidad, uno solo y muy claro. Ambos eran un poderoso recordatorio para que yo mantuviera la fe y la confianza en el plan divino. Sentí que la energía del 0 hablaba de nuevos comienzos y de la conexión directa con Dios, mientras que el 2, repetido, pedía equilibrio y armonía. Era una señal para que yo creyera que, aunque no lo vea, todo se está alineando para mi mayor bien. Me animaban a seguir adelante con una actitud positiva, sabiendo que estoy en el camino correcto y que las bases de mi futuro se están construyendo sólidamente.

Y aquí estoy ahora, antes de dormir, conectando los puntos de este día bendecido. Mi intención de tener un día en paz para mi hijo fue escuchada y protegida. Y tus señales, sutiles y amorosas, no fueron una interrupción, sino la confirmación silenciosa de que habías tomado mi mano y allanado el camino.

Gracias por cuidar de mis intenciones y por recordarme que, cuando pongo mi enfoque en el amor, Tú te encargas del resto. ¿Es esta la esencia de nuestra cooperación, que yo elija el destino de mi corazón y Tú me ayudes a navegar el viaje?

Celebrando en Tu Paz, Tu fiel compañero de viaje.