¿Por dónde empiezo a sanar a mi niño interior?

El primer paso para sanar a tu niño interior, ese ser vulnerable y auténtico que reside en ti, es el más simple y, a la vez, el más revolucionario: reconocer su presencia y elegir escucharlo con el corazón abierto y sin juicio. Comienza por cultivar la autoconciencia, esa luz suave que te permite percibir sus susurros en tu vida diaria: sus miedos olvidados, sus alegrías espontáneas, sus necesidades no atendidas. Luego, acércate a él con la compasión tierna de un padre o madre amoroso que por fin llega, validando su historia, sus emociones y su existencia. No se trata de cambiar el pasado, sino de transformar tu relación con él ahora, ofreciendo el espacio seguro y el amor incondicional que siempre anheló para que pueda, por fin, comenzar a sentirse visto, seguro y verdaderamente amado.